lunes, 18 de abril de 2011

Nota roja

 
El periodismo es un re-presentador de realidades y se vale de estructuras discursivas para dar cuenta de sucesos, describir situaciones, personajes, escenarios. El género de nota roja toma parte de ese proceso comunicacional, combinando en sus relatos motivaciones lingüísticas y sociológicas. Dicho género se hace cargo de los eventos que se apartan de la normalidad cotidiana por intermediación de algún tipo de violencia. Sus protagonistas, lugares y desenlaces recrean en las líneas articulaciones de la praxis social.
Por nota roja entendemos el género informativo por el cual se da cuenta de eventos en los que se encuentra implícito algún modo de violencia-humana o no que rompe lo común de una sociedad determinada y, a veces también, su normatividad legal. Ahí caben los relatos acerca de hechos criminales, catástrofes, accidentes o escándalos en general, pero expuestos según un código cuyos elementos más identificables son los encabezados impactantes, las narraciones con tintes de exageración y melodrama, entre otros.
Tiene una función utilitaria, ya que remite a un correlato invocado por medio de alusiones simbólicas, de imagen o representación. En ellas el dolor humano, la desgracia, la maldad, la tragedia, el maniqueísmo quedan manifiestos por medio de relatos sumamente vívidos o imágenes impactantes.
Los personajes que protagonizan esta clase de eventos difícilmente serán recordados ni se sabrá algo más de ellos, pues esas notas sólo buscan mostrar algunos aspectos de la condición humana: la existencia de malicia o lo inevitable y trágico de ciertos fenómenos naturales, por ejemplo.
Más allá de los pequeños actos protagonizados por los actores de cada uno de los relatos, importa centrar la atención en las acciones de que se da cuenta en la nota roja y fundamentalmente en los protagonistas de las mismas.
Características de la nota roja:
  • Hay un convención cómplice: intercambio entre un dador y un destinatario, lo cual representa un primer signo de lectura: el narrador relata sucesos que el conoce, pero que el lector ignora.
  • Las notas anormales se dirigen a normales: a la nota roja se le atribuye sobre todo un afán de recrear el morbo, fascinar, regodearse en el escándalo y la muerte.
·          Nadie conocía al muerto, ni se acordaba de él, pero sí de la nota: no se puede negar la inventiva verbal que cimienta los relatos de nota roja, imponer el discurso al acontecimiento  es fundamental para conseguir el impacto necesario entre las audiencias. En este proceso se sacrificarán la objetividad y asepsia informativas, pero se ganará en emotividad y elocuencia.
  • Importan más los personajes que las personas: la explotación de los personajes por encima de las personas reales hace que éstos últimos dejen su naturaleza real y se transformen por medio del discurso en entes dotados de consistencia psicológica, individuos que hasta dejan de estar subordinados a la acción reseñada en un relato para cobrar múltiples existencias entre los consumidores del texto ya en el mundo real.
  • No importa informar sino impactar: los relatos de la nota roja buscan la elocuencia en su mejor expresión, aún cuando a causa de ella se termine borrando el episodio real que da origen a la nota, pero consiguiendo que la narración devenga en sentimiento colectivo y fábula mediática. En el género de la nota roja la calidad de testigo impregna al discurso construido  con un estilo personal: No importa si el reportero no estuvo ahí cuando ocurrió todo; al momento de estructurar su relato no sólo él se ubicará en la escena como atento espectador, sino que llevará consigo al lector. El reportero de la nota roja busca proyectar que conoció no sólo el hecho, sino las motivaciones, los impulsos, las reacciones de los actores.
  • Cumple un protocolo narrativo: los relatos sólo pueden recibir su sentido del mundo que los utiliza. La información del género tiene que ser tributaria de una situación del relato que es el conjunto de protocolos según los cuales es consumido: imágenes, grandes encabezados, calificativos, etc., Se trata de llamar la atención más que informar, tras el cumplimiento de estas condiciones también se haya una función social poco explorada, porque los diarios se exhiben cotidianamente en múltiples espacios públicos, ahí toma una nueva dimensión las características con que se presentan las narraciones, sobre todo en la primera plana, pues hay una serie de lecturas que no tienen nada que ver con la información, pero sí con la codificación de actos socialmente construidos.
La nota roja se mantiene y adapta en este nuevo medio a través de relatos basados en la exhibición fugaz de los acontecimientos, con todas las características emotivas y sensacionalistas.
¿Cuántos asesinatos, violaciones, ejecuciones, etc., tienen que suceder, para que el mexicano tome la iniciativa de leer?...¡Ahí esta el detalle!

 

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